miércoles, 24 de noviembre de 2010

Fuego



Oh llama voraz
oh temible deidad,
tu omnímoda fuerza
nos hace temblar,
oh horror atroz
a ti te adoraremos.

Cuando oigamos tu voz
veremos tus llamas brillar
a través del oscuro túnel,
e iremos más allá
impulsados por el numen.

Concédenos tu gracia
nuestra ofrenda te daremos,
aunque a ti nada te sacia
pues todo lo consumes
con tu implacable rabia.

martes, 26 de octubre de 2010

La poesía ha muerto



¿Será que la luna llena
me trastorna la cabeza?
Finalmente la poesía ha muerto,
hemos olvidado mirar la luna
colgada en el cielo eterno.

¿Ya no queda esperanza alguna?
Ya no contamos estrellas
en la madrugada oscura,
si ya nadie la contempla
¿Qué importa la hermosura?

viernes, 23 de julio de 2010

El pie Izquierdo: microrelato

Es malo levantarse con el pie izquierdo, pero peor embadurnado de sangre, aunque a estas alturas ya debería estar acostumbrada, si es que en realidad no lo puedo evitar, me gusta me encanta, me excita, no puedo vivir sin ello, me encanta morderme las uñas de los pies.

miércoles, 14 de abril de 2010



Aquí estoy otra vez más
en esta fría sala
me encuentro sin remedio
dormida en la nada
otro día de nuevo
me encuentro atrapada,
no veo que esto avance
estoy aletargada.

No consigo despertar
de esta pesadilla ahogada,
deseo que llegue el fin
de este no hacer nada
ya no se que debo hacer
para dejar de estar postrada

jueves, 18 de febrero de 2010

Comienza la cacería

Tengo pensamientos fúnebres, cuando doblan las campanas en la madrugada, salgo a la calle cuando las siniestras brumas cubren la ciudad con su magia.

Preparo mi instrumental; lo pongo sobre el escritorio de mi despacho. Junto a al mesa de operaciones afilo mis herramientas de tortura, para deleitarme con la idea de la sangre fresca fluyendo por las venas de mi victima de esta noche, me excita solo pensarlo, me inspira el imaginarlo.

A continuación ordeno meticulosamente los utensilios para tenerlos al alcance de mi mano. Me acerco a la vitrina y cojo un frasco, CLOROFORMO pone en la etiqueta y lo guardo en mi maletín, junto con las gasas, el cuchillo y el relicario de mi última víctima, para que me de su energía vital. Cuando pienso en su imagen no puedo evitar recordar el sabor de su cálida sangre, fluyendo a borbotones por mi boca, a través de sus heridas abiertas ¡Qué dulce fue! Sentirla resbalar por mi garganta.

Por último, me pongo mi abrigo largo y negro como la noche, cubro mi cabeza con le sombrero de copa que me regaló mi madre antes de “morir”, cojo el maletín con mi mano izquierda y el bastón con la derecha y comienza la cacería.

viernes, 29 de enero de 2010

La misma puta canción


Mi cerebro está embotado,
mi mente está vacía,
mi bolígrafo está agotado
y me hundo en la agonía.

Impotencia, frustración…
me taladra la nuca
la misma puta canción
que no se acaba nunca.